2 mayo 2024 · 3 minutos de lectura

Guía de mantención automotriz: ¿qué debes saber?

La mantención automotriz es un proceso fundamental para mantener tu vehículo en óptimas condiciones, evitando problemas futuros y resolviendo los existentes para prevenir que se agraven. Así, puedes circular en todo momento sin preocupaciones por el rendimiento de tu vehículo o circunstancias mecánicas que pueden afectar tu seguridad. 

A continuación, te presentamos una guía del mantenimiento básico de vehículos. Con esta información, podrás conocer qué se revisa en un taller, cómo mantener tu auto en buen estado y evitar averías o accidentes.

Los fundamentos de la mantención automotriz

Saber cómo mantener un auto en buen estado parte con un enfoque preventivo. ¿Qué quiere decir esto? Implica planificar, realizar inspecciones y realizar ajustes en varios componentes del vehículo, así como reemplazar piezas dañadas o desgastadas para prevenir futuras fallas.

Por esta razón, es importante realizar este procedimiento periódicamente, generalmente cada 10.000 kilómetros, o anualmente, dependiendo de las condiciones de uso, las especificaciones del fabricante y el tipo de componentes involucrados.

10 pasos del mantenimiento básico de vehículos

Si quieres saber cómo mantener un auto en buen estado, presta atención a los aspectos esenciales que debes observar cuando llegue el momento de realizar este procedimiento:

1. Ver el estado de la batería

La batería es un componente que suministra la energía eléctrica necesaria para arrancar el motor y alimentar los sistemas eléctricos del vehículo, como las luces, el sistema de audio y la electrónica a bordo. 

Al inspeccionarla, verifica la ausencia de signos de corrosión en los terminales. Observa, por otro lado, si hay un arranque más lento de lo habitual, lo que podría indicar una baja capacidad de carga. Asimismo, presta atención a posibles sonidos anormales, como zumbidos o clics, al encender el vehículo, que podría estar sugiriendo problemas en la batería o en el sistema eléctrico.

2. Verificar la condición de las luces

Las luces son fundamentales para mejorar la visibilidad tanto propia como para ser visto por otros conductores, especialmente durante la noche o en condiciones climáticas adversas. 

Es importante revisar que todas las luces funcionen correctamente, incluyendo faros delanteros, luces traseras, luces de freno, intermitentes, luces antiniebla y luces de marcha atrás. Además, asegúrate de que estén correctamente alineadas y que no haya reducción en la intensidad de la iluminación.

3. Revisión de filtros

Los filtros, incluidos los de habitáculo, aire, aceite y combustible, desempeñan un papel crucial al evitar que las impurezas ingresen al motor y al interior del vehículo. 

Si notas un rendimiento deficiente del motor, sonidos extraños, un aumento en el consumo de combustible o un olor pronunciado a combustible repentino, así como otros olores desagradables dentro del vehículo, es hora de reemplazarlos.

4. Cambio de aceite

El aceite es vital para lubricar las piezas del motor y prevenir la fricción. Por lo general, se recomienda cambiarlo cada 5.000 km, aunque también puede ser necesario hacerlo antes si notas algunos signos de problemas. 

¿Cómo cuáles? Ruidos excesivos del motor, aceite sucio, oscuro y sin viscosidad, olor a aceite dentro del vehículo, sobrecalentamiento del motor o mayor esfuerzo del vehículo en condiciones normales, incluso en ralentí.

5. Revisión de frenos

Asegúrate de que las pastillas y los discos de freno estén en buenas condiciones. Presta atención a posibles vibraciones o ruidos al frenar, así como a la necesidad de aplicar más presión de lo habitual en el pedal o si se siente demasiado duro. 

La revisión de frenos es clave para prevenir accidentes y garantizar un buen rendimiento de frenado cuando sea necesario.

6. Revisión de líquidos

Existen cinco líquidos esenciales en un vehículo que requieren una revisión periódica: aceite del motor, refrigerante, líquido de frenos, líquido de dirección asistida y agua del limpiaparabrisas. 

Cada uno de estos fluidos tiene su propio depósito, equipado con indicadores de nivel que muestran los puntos mínimo y máximo. Es crucial mantener estos niveles dentro de los rangos recomendados para garantizar el funcionamiento óptimo del vehículo

7. Calibración y revisión de neumáticos

La presión de las llantas debe de ser suficiente y uniforme para garantizar un rendimiento óptimo y una conducción segura. Se recomienda consultar el manual del fabricante del vehículo para conocer la presión de inflado específica para cada modelo.

Ahora bien, la presión de los neumáticos debe verificarse con un medidor cuando estén fríos, es decir, cuando el vehículo no haya sido utilizado durante aproximadamente 3 horas. 

Además de la presión, también es importante revisar la profundidad del dibujo de los neumáticos. Se sugiere que la profundidad mínima sea 3 mm; si es menor a este rango, se debe considerar el reemplazo de los neumáticos.

8. Revisión de amortiguadores

Para verificar el estado de los amortiguadores, puedes realizar una prueba simple. Presiona firmemente sobre el capó del vehículo durante unos segundos y luego suelta. Si el automóvil oscila solo una vez y se estabiliza rápidamente, los amortiguadores están en buenas condiciones. Sin embargo, si rebota más de una vez, es posible que necesiten ser reemplazados.

Otra alternativa es realizar una inspección visual de los amortiguadores. Observa si están cubiertos de aceite, ya que esto podría indicar una fuga y la necesidad de reparación. 

Los amortiguadores son componentes que ayudan a mantener la estabilidad del vehículo y garantizar una conducción segura.

9. Verificar estado de la correa de distribución

El sistema de distribución se encarga de sincronizar el funcionamiento del motor de acuerdo a sus tiempos, por lo que si este componente falla, puede desencadenar una serie de problemas en cadena en el vehículo. 

Si notas vibraciones inusuales, escuchas clics provenientes del motor o encuentras grietas en la correa de distribución, es momento de reemplazarla.

10. Inspección del sistema de escape

Un sistema de escape defectuoso puede causar problemas graves en el vehículo, como disminución del rendimiento del motor, aumento del consumo de combustible, emisiones contaminantes elevadas y riesgo de desprendimiento de componentes. 

Es fundamental mantener este sistema en buen estado para asegurar la liberación correcta de los gases del motor y prevenir problemas de seguridad y ambientales.


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